Recordando a la gente las bendiciones divinas en la historia de Moisés

TEHERÁN (IQNA) – Dios, el Más Compasivo y el Más Misericordioso, nos ha dado innumerables bendiciones pero no las recordamos ni las damos por sentado como resultado de negligencia.

Recordar a las personas las bendiciones que han recibido es un método educativo eficaz que Dios y los profetas divinos han utilizado ampliamente para educar a las personas.

 

Si las personas no recuerdan a Dios y las bendiciones que Él les ha dado, pueden caer en el camino del pecado. El pecado se origina en la negligencia, y lo que elimina la negligencia es el recordatorio constante. Por lo tanto, recordar juega un papel importante en la educación, hasta el punto de que se le ha llamado la meta de la adoración.

 

Además, recordar a las personas las bendiciones que les han sido otorgadas fortalecerá su amor por Dios y les ayudará a comprender mejor la grandeza y el poder de Dios.

 

Según los versículos del Sagrado Corán, el Profeta Moisés (p) recordó en varias ocasiones a su pueblo las bendiciones divinas para fomentar la inclinación a la verdad inherente a todos los seres humanos. Aquí hay dos ejemplos:

 

1- Como uno de los primeros pasos de su misión, a Moisés (p) se le ordenó ir donde Faraón y guiarlo a la verdad. “Él (Faraón) dijo: 'Moisés, ¿quién es el Señor de ustedes dos?'”

 

Moisés (p) responde recordándole las bendiciones divinas: "Dijo: «Nuestro Señor es Quien ha dado a todo su forma y, luego, dirigido».". (Verso 50 de la Sura Taha)

 

“Quien os ha puesto la tierra como cuna y os ha trazado en ella caminos y hecho bajar agua del cielo. Mediante ella, hemos sacado toda clase de plantas.”. (Verso 53 de Sura Taha)

 

2- Después de que Faraón fue asesinado y los Bani Israel fueron salvados, disfrutaron de las bendiciones de la libertad, la seguridad y la independencia, que se encuentran entre las mayores bendiciones divinas. En el versículo 80 de Surah Taha, se les recuerda:

 

¡Oh, Hijos de Israel! [Recuerden cuando] los salvé de sus enemigos, los cité en la ladera derecha del monte [para que pudieran presenciar Mis milagros], y les envié el maná y las codornices.